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Saitama 2017 I - Acto Inaugural

Comenzamos esta sección con el deseo de haceros participes de nuestra maravillosa experiencia en Japón con motivo del 8th Congreso Mundial de Bonsai. En esta entrega os vamos a contar cómo vivimos esta experiencia con un enfoque un poco diferente de lo habitual, sin centrarnos tanto en los detalles habituales que muestran las fotografías y reportajes que ya existen en internet y en distintas páginas web, sino desde nuestra experiencia personal vivida en primera persona.

Llegábamos a Saitama con las más altas expectativas de lo que nos íbamos a encontrar. A todos los niveles. Ahora tres años después os podemos confirmar que rememorando esta experiencia la realidad superó lo que mentalmente nos habíamos concienciado que encontraríamos allí.

Cada rincón, cada detalle auguraba lo que representaría este evento para el pueblo japonés.

No se trataba de un evento nacional. Esperaban al mundo entero, y sabían que el mundo los juzgaría por la calidad de lo que serían capaces de ofrecer.

27 de abril de 2017. 14h. Exquisitos detalles. Una forma de ser, de pensar, de servir, de agradar. ¡Después de comer el Congreso nos esperaba! ¡Allá íbamos! ¡Llegamos y bummm!:

No faltaba ninguna autoridad, ningún detalle dejado al azar. El silencio se adueñó de la sala hasta que apareció el invitado especial que no esperábamos:

Estaba claro, ¡esto era una cuestión de ESTADO! El mundo les observaba. Ellos cumplían el protocolo…y por si nos cabía alguna duda…

El Ministro de Agricultura se presentó en video conferencia ya que se encontraba en viaje de Estado en la otra punta del mundo. Y claro, no iba a perdérselo. No iban a dejar este pequeño detalle al azar. No, por supuesto que no, el pueblo japonés cuando trabaja lo hace en equipo, siempre en equipo. El resultado es la excelencia.

Bien ya nos había quedado claro que este evento era una CUESTION DE ESTADO para el pueblo japonés. Sigamos. ¿Qué más podíamos esperar de un acto inaugural tradicionalmente lleno de protocolo y carente por lo general de grandes emociones?...sonó la música, anunciaron a los demostradores, uno a uno iban saliendo ante las ovaciones del público. Todos, cada uno, a cuál más impactante. No faltaba nadie. ¿De qué otra forma podía resultar para la mentalidad japonesa? De ninguna. Estaban todos. ¿podíamos imaginarnos un cartel mejor, más amplio o más representativo?

No os perdáis el video que os mostramos a continuación. Para los que tuvimos el enorme privilegio de presenciarlo fue uno de los momentos más emotivos del fin de semana…bajaban los demostradores del escenario ante el deleite de los presentes y salían alumnos de las distintas escuelas de Saitama, de todas las escuelas ¿Cómo sino? Nuevas generaciones involucradas con la organización de un evento de semejantes dimensiones, la educación en Japón es otra historia, su mentalidad merece un aparte. Niños sonrientes que habían trabajado en sus carteles para darnos la bienvenida a los extranjeros que abarrotábamos las gradas de este enorme coliseo. Carteles hechos a mano, en todos los idiomas, en todos los colores con un mensaje único: ¡BINENVENIDOS! Emoción a flor de piel. ¡Magnifico! Así se hace, bravo. Aplaudimos por más de 5 minutos y simplemente no podíamos dejar de hacerlo. No era para menos. ¡Gracias!

 

 

No nos habíamos recuperado de la emoción vivida cuando el escenario iba siendo despejado hasta dejarlo totalmente vacío…¿Para quién sería tanto espacio y tan enorme privilegio?...la música se adueñó de la sala, los bomberos de Fukushima aparecieron en escena con un canto tradicional en honor al invitado especial que estaba a punto de ser presentado. Ya habíamos tenido el placer de disfrutar de la presencia de un miembro de la familia imperial japonesa, de otro miembro del Gobierno con rango de primer Ministro…¿Para quién tantos honores entonces?...sí, no podía ser otro, esperábamos y rendíamos pleitesía a un genio, un mito, alguien que cambió la forma de ver y entender un arte con cientos de años de historia, desde este momento una leyenda para los japoneses…hablamos de MASAHIKO KIMURA SAN, con mayúsculas. No hay otra.

No podíamos estar disfrutando más de este momento histórico. Disfrutar del video de presentación de Kimura. Nosotros no podemos evitar hacerlo.

 

 

Tuvo lugar la demostración y apareció el hombre. Un Kimura afable, jovial complaciente con sus invitados anunciando su última demostración pública, dejando tras de sí uno de los mayores legados del mundo del bonsái. Los japoneses los sabían, nosotros también.

 

 

Nos deleitó con un trabajo de paisaje en roca. Era lo de menos. Eso lo conocíamos...aunque no todos. Fijaros en estos detalles:

Kimura no explicó cuál era su fuente de inspiración para la elaboración de sus famosos paisajes. No podía ser otra: ¡la naturaleza!

Por si alguno tenéis dudas de las técnicas secretas de estos paisajes, aquí van algunos secretillos desvelados púbicamente aquella mágica velada:

Kimura acoda los juníperos que luego utilizará. Lo hace la misma primavera que los plantará en la roca y los corta en el mismo momento de la plantación. Problemas de raíces resuelto.

Forma de atar: más sencillo imposible: Kimura no corta los juníperos a la altura del injerto. Fijaros. Deja un troco del antiguo tronco. Ahí atará los alambres. Fijación perfecta. Daño a la planta cero.

¿os preguntabais por la mezcla de tierra? Pues aquí lo veis: keto, akadama de grano fino/medio y musgo. Se une mediante agua y listo. ¡A plantar!

Como os podréis imaginar la demostración dio para mucho...os lo enseñaremos en próximas entregas. Paisaje acabado. Obra terminada, misión cumplida...una más. ¡Gracias Kimura san!. 

Tras esa tarde nos quedó meridianamente claro. Hablar de Kimura era jugar en otra liga, inalcanzable para la mayoría de los mortales. Ese día fuimos participes del mayor homenaje a un artista que se atrevió a cambiar algo incambiable, que se atrevió a ponerse delante de la tradición con la técnica y el ingenio, que se atrevió a subir un peldaño nunca antes subido y que afrontó la crítica con su barita mágica para hacer de sus sueños una realidad.

Kimura había abandonado la sala, pero su presencia seguía allí. Homenaje al maestro y a la obra tras la demostración. Con música ¿cómo sino? ¡Maravilloso de nuevo! ¡Cuántas emociones! 

 

 

Avanzaba la tarde, visita rápida al hotel y rumbo a la cena de bienvenida ¿qué podíamos esperar? ¡Todo!, visto lo visto. O nada más, visto lo visto.

Nada más llegar al hall del restaurante nos percatamos que sería todo, sin duda alguna.

¡Entramos y guau!: eso era un catering con puesta en escena…

Avanzaba la noche, comíamos, disfrutábamos de la compañía, compartíamos nuestras emociones, no nos acordábamos del jet lack. ¿podía mejorar la velada? ¿qué pregunta era esa? Estaba claro que debíamos confiar en la organización. Ellos eran responsables de que nosotros, sus invitados, estuviéramos viviendo una experiencia inolvidable. Ya no había cámaras, ni focos, ni presencia pública exterior ¿representaba esto algo para ellos? ¡¡¡Claro que no!!! A ellos les importábamos nosotros, sus invitados, sus huéspedes. Educación japonesa.

Hicimos un paréntesis. Subía al escenario el ganador del primer concurso de este fin de semana, y hasta donde nosotros recordamos el único concurso. La prestigiosa revista BONSAI FOCUS había organizado un concurso cuyo premio consistía en el viaje a Japón. Había sido un concurso fotográfico. ¿A quién correspondería dicho honor? No podía ser otro. Mario Komsta apareció en escena. ¡Había recibido el primer premio!

¿qué podía mejorar? ¿qué era lo siguiente? ¡¡¡¡UNA SUBASTA!!!! Ya no podíamos reírnos más, disfrutábamos como un niño de 6 años el día de los reyes Magos. Kimura subió al escenario…

¡Rotulador en mano, firma en un sello de maceta y boom! ¿Se podía pedir más para una subasta?

¿no esperaríais que no tuviéramos un video de este momento verdad? ¡Pues sí! Claro que lo tenemos. A estas alturas del día no dábamos abasto para grabar imágenes, Momentos, y emociones. Sabíamos que estábamos siendo testigos de un momento histórico. ¡No os lo perdáis!:

 

 

¿Podíamos volver al hotel ya? ¡claro que no! Ahora subía al escenario por aclamación popular ni más ni menos que Shinji Suzuki, quien firmaría unas tijeras conmemorativas para este evento…¡no había tiempo ni para respirar! ¡casi teníamos agotada la batería de nuestra cámara!

Estaréis pensando que tenemos que tener un video de este momento también, sí o sí…¡pues claro que sí, no podíamos fallar! Aquí va: 

 

 

La noche llegaba a su fin, pero ¿no echáis de menos a alguien? ¡nosotros sí, sonó la música y el escenario se llenó de alegría, y allí no podía estar otro que el gran kobayashi!, que gran tipo tan afable y complaciente siempre.

 

 

Y hasta aquí podemos leer.

Mañana más. ¡No os perdáis la siguiente entrega! Si esta os ha gustado os prometemos que la siguiente no os defraudará.

El equipo UBE.

Texto y fotografía: Andrés Álvarez.